La violencia somos todos
Por Francisco Montfort Guillén
En una de las reflexiones más auténticas y originales sobre la situación que guarda el país, la escritora Sara Sefkovitch (Reforma, 15/V/2011) realiza un balance sobre las responsabilidades individuales y colectivas que tenemos sobre el estado de inseguridad que nos atemoriza. Es de los pocos artículos que centra su análisis sobre las responsabilidades de la sociedad. Sus conclusiones nos hacen recordar episodios vividos en otras épocas que fueron pavimentando el camino, a este infierno, de buenas intenciones. Porque es necesario recordar que ni la inseguridad nació en 2006 ni el proceso de descomposición social seis años antes.
La quiebra del país en 1982 fue fruto del desbordado poder presidencial, de la incapacidad política y técnica para solucionar los problemas y de la gigantesca corrupción que consumió, además de las riquezas petroleras, los patrimonios de dos generaciones de mexicanos que de manera abrupta fueron sumidos en la pobreza. La ilegitimidad lopezportillista la quisieron superar con campañas publicitarias que terminaron siendo manejadas por la sociedad como ácidas críticas envueltas en el clásico choteo mexicano. El deseo de involucrar a la sociedad en las soluciones, después del nefasto sexenio echeverrista, originó la propaganda con el slogan -La solución somos todos-. Al final del sexenio la frase común fue -La corrupción somos todos-. Frente a la debacle, Miguel de la Madrid impulsó como tema central de su campaña la -Renovación Moral-. Propósito que concluyó con el encarcelamiento de algunos de sus funcionarios con el método –cortacabezas- de Salinas de Gortari. La sociedad, en tanto espectadora, fue adaptándose socarronamente a este vodevil político.
Aunque han existido avances en el manejo técnico e institucional de las finanzas públicas federales y en la rendición de cuentas gracias al IFAI, la realidad cotidiana se ha desenvuelto en medio de la generalización de la corrupción, la complicidad, el cinismo y el relajamiento de morales y buenas costumbres. Son estos comportamientos públicos y privados el piso sobre el que ha crecido la violencia y la impunidad en el espacio público, ahí en donde coinciden las conductas de particulares y funcionarios públicos y políticos. De acuerdo con el último informe de Transparencia Internacional, los mexicanos pagamos en <mordidas> 32 mil millones de pesos. De este tamaño es la fortaleza de los lazos de corrupción e impunidad que entretejen las relaciones entre la sociedad y el Estado. De acuerdo a datos de la Secretaría de la Función Pública las empresas castigadas por prácticas fraudulentas obtienen durante los procesos de defensa de sus intereses la comprensión de jueces que terminan nulificando los castigos impuestos. ¿Este ambiente y esta conducta colectiva público/privada son ajenos a la situación de desenfreno de la barbarie crece sin tener fin?
Al parecer, no sólo -la corrupción-, sino -la impunidad, el rentismo y la violencia somos todos-. En su análisis, Sara Sefkovitch describe las actitudes de protección de cómplices, amigos y familiares que envuelven a los delincuentes. Para nadie es un secreto la existencia de las fuertes redes de autoprotección que han tejido los vecinos de Tepito y otros barrios en la ciudad de México, y a lo largo y ancho del país, para desarrollar la economía informal, la venta de productos pirata, los de importación ilegal y de la mercancía robada. En San Fernando, Tamaulipas, y en otros pueblos y estados con narcofosas, son conocidas las quejas de los marinos y militares sobre la complicidad de propiamente todos los habitantes que alertan a los maleantes sobre las rutas y acciones de los funcionarios encargados de mantener la seguridad. Y contra esos “cómplices” (halcones los llaman) no es posible hacer nada.
De acuerdo a las declaraciones de Enrique Meza, entrenador del equipo de futbol Cruz Azul, sus jugadores se comportaron como –bandoleros- en el juego que perdieron contra el Morelia. ¿Podrían tener otra conducta los jugadores de ese club? Roberto Zamarripa, en su columna Tolvanera, afirma lo siguiente: -...Cruz Azul, ha solventado sus finanzas con lavado de dinero y fraude al fisco: "A mí el licenciado Álvarez me dice: oye, necesito 20 millones de dólares de gastos por fuera, ¡20 millones de dólares para pagar futbol!... A mí me decían al mes: del millón 666 mil que a Cruz Azul le restas, le vas a pagar al "Ojitos" Meza (entrenador) 40, le vas a pagar a Torrado (mediocampista) 80... al Conejo (Pérez, portero) le vas a pagar 60 mil, 70 mil, lo que quieras, ¿no?, narró Carlos Terroba, operador de seguros de Cruz Azul, al revelar las operaciones de lavado de dinero> Reforma,16/V/2011. Por su parte -Eugenio Olvera, asesor jurídico del inhabilitado Consejo de Administración de la Cruz Azul, acusó... a Guillermo Álvarez, de beneficiarse de influencias políticas para solucionar los problemas fiscales de la cementera...". No tienen manera de comprobar los egresos de los seguros... entre 25 y 30 millones de dólares... ese mismo dinero se va en la ruta... que había denunciado (Carlos) Terroba"... La ruta aludida... incluía traspasos millonarios por Islas Vírgenes, Inglaterra, Alemania y México... (Juan Martínez Montes, -Acusan a "Billy" por influencias- Cancha, Reforma, 16/V2011).
En – Ligrilla- Roberto Zamarripa continúa: -En la Primera División A, el equipo Tiburones Rojos de Veracruz fue descalificado luego de que su presunto dueño, Mohamed Morales, dejara sin sueldo a jugadores y utileros del equipo. En el fondo, existe un desfalco a las arcas del gobierno de Veracruz, toda vez que el equipo fue adquirido en 230 millones de pesos por la administración de Fidel Herrera -con dinero público, valga la redundancia- y presuntamente fue revendido a Morales en apenas 30 millones de pesos.- (Reforma, Ibid).Para cuidar los intereses de TV Azteca, el estadio del Morelia no fue vetado, el aficionado que inició la bronca fue multado con 34 pesos y exonerado. Impunidad, corrupción, complicidades invaden todos los espacios de la vida social mexicana. ¿En verdad se puede sostener que la barbarie es resultado del esfuerzo del gobierno federal por aplicar la ley, darle sentido a la idea de hacer vigente el estado de derecho y corregir en algo la corrupción de buena parte de las corporaciones policíacas y de administración y procuración de justicia?¿Los ciudadanos estamos libres de toda culpa?