Observador Ciudadano Tu pagina de inicio







¿Qué futuro para Veracruz?

Por Francisco Montfort Guillén

Pienso que la situación de Veracruz obliga a ver, vivir y reflexionar más allá del discurso de los buenos deseos. En nombre de todos sus habitantes, y en nombre del logos, debería convocarse a una reflexión plural y diversa sobre el capitalismo de privilegios que cubre esta porción de México. La necesidad de dialogar  es imperiosa después de la larga noche oscura del culto a la personalidad, del monopolio de la palabra en el espacio público, de la mentira como patología encubridora de la realidad que creó migrantes y no empleos; autoengaño escolar en lugar de educación competitiva; un pueblo desencantado, engañado y desesperado en vez de ciudadanos; empleados del sector público y pseudopolíticos que llegan al poder sin vivir y conocer la Política, la vida republicana ética ligada al ciudadano.

El discurso auténticamente político, el logos de la res pública, no requiere de la descalificación para señalar las dificultades. Definir los problemas como problemas es algo más que una acción de racionalidad política. Es una rectificación honesta del quehacer público que, en lenguaje de adultos, constituye un renacer, un despertar a la vida consiente de convivencia en el esfuerzo común.

El problema del empleo nunca ha sido resuelto en México. No me refiero al “pleno empleo” utopía de los demagogos. Hablo de tasas de ocupación funcionales, con trabajadores productivos y competitivos remunerados con algo más que dignidad: con verdadero poder de compra. A pesar de la contracción  demográfica, la composición poblacional del país nos enfrenta ahora al crecimiento de su cúspide, la de los adultos mayores de 60 años. Y con este aumento, hoy debemos hacerle frente a la burbuja de las pensiones. Y este drama hay que resolverlo sin la existencia de un sistema de seguridad social integral. Problema enorme que involucra desafíos económicos, sociales y jurídicos-políticos.
La vida actual se desenvuelve en una dialógica infernal. De una parte, la urgente obligación política, económica y ética de combatir la pobreza y erradicarla. De otra, modernizar el modelo de desarrollo para equipararlo al de las grandes potencias. Lo que significa, sin más, formar parte de un modelo que genera grandes riquezas pero que suprime empleos. Pero en el discurso público no se menciona palabra alguna sobre la creación de riquezas. Y, en particular, sobre la verdadera riqueza de las naciones: el desarrollo humano que según el Programa para el Desarrollo (UNDP) de la ONU coloca a México en el lugar 56, por debajo de Chile (45) Argentina (46), Uruguay (52) y Panamá (54). En suma, seguimos mudos frente a dos grandes dificultades: los pobres que produce el gobierno con sus políticas y los pobres cuyo capital humano propio les impide un desenvolvimiento que ellos desean pero que nunca podrán conseguir.

¿Con qué capital contamos en Veracruz para enfrentar la productividad, la competitividad y la innovación que generan riqueza y escatiman empleos? ¿Cómo enfrentar desempleo y pobreza sin generar ideas para producir riquezas, es decir, prosperidad colectiva? Para inventar el sueño veracruzano tendríamos que partir de los resultados electorales de las dos últimas elecciones de gobierno. Resulta evidente su lectura. Ambas son un llamado furioso, legal y ordenado, para encontrar salidas a una situación agobiante para la totalidad de los residentes en la entidad. Es el tema cotidiano en las familias, en las tertulias, en las reuniones. ¿Por qué Veracruz no ha conseguido, siquiera, un crecimiento como el que se aprecia en los estados del centro de la república? Resulta ostensible que sin una idea de futuro, sustentada en acciones para formar capital humano productivo, competitivo e innovador el deterioro del tejido social veracruzano continuará y alejará la posibilidad de encarar los desafíos del crecimiento económico, de la seguridad social y las pensiones, de la seguridad pública y la calidad de las instituciones públicas. Tenemos que pensar y actuar con celeridad. Kairós reaparecerá en enero de 2011.



Observador Ciudadano Tu pagina de inicio







Proceso: periodismo fallido


Por Francisco Montfort Guillén


La afirmación parce herejía. O una broma. Un sinsentido y hasta una tontería. Pero la realidad mexicana parece comprobar la certeza del juicio: la democracia puede ser cualquier cosa, pero lo cierto es que es lo más lejano de la política pura. Esta es una de las proposiciones intelectuales más provocadoras de Alain Touraine. Y el autor francés la formula después de pasar revista a profundos análisis de los teóricos de la democracia, principalmente de Alexis de Tocqueville. En este punto coincide otro politólogo parisino, Pierre Ansart, en su obra Los clínicos de las pasiones políticas.

Partiendo de esta premisa plantearemos una interrogante igualmente provocadora. ¿Qué hubiera pasado en México si en lugar de las tesis monotemática de la transición democrática, a saber, “sacar al PRI de Los Pinos”, nos hubiéramos concentrado en provocar,  en construir una transición desde la barbarie premoderna del absolutismo presidencialista priista hacia la vigencia plena del Estado de derecho? ¿Cómo sería el país si hubiésemos instituído el respeto a la ley como Bien
 Supremo y, al mismo tiempo, hubiésemos instituído las penas más severas a quienes burlen las leyes o las incumplan bajo cualquier pretexto?

Si la modernidad y la decencia, si la honestidad y la legalidad las hubiésemos instituído socialmente como los más altos valores, nuestras conductas para elegir a nuestros gobernantes serían ejemplares. Y, por la misma razón, no tendríamos a la delincuencia como problema de moral pública. Si los capos y su cultura, si sus protectores y la impunidad minan nuestras instituciones es porque, precisamente, la verdadera democracia es más una cuestión sociocultural que un problema de funcionamiento del poder político.

El escáldalo es verdaderamente vergonzoso. Proceso, la revista líder que en su nacimiento cuestionó la esencia y maneras del absolutismo priista, transitó hacia el periodismo amarillista de la clase política y terminó en remedo de Alarma! el paradigmático y antiguo periódico sensacionalista de la nota roja. En sus dos etapas decadentes, Proceso creó el estilo periodístico del desprestigio políticamente correcto. Actúa al límite entre la difamación y la impenetrable e inemandable defensa de los señalados como culpables. Y su estilo se generalizó a todos los medios. Sin aseverar, para no ser legalmente demandados, muchos periodistas tejen historias de destruyen reputaciones y se autoconstruyen imágenes de críticos del poder.

Hoy Proceso ha recibido una aprobada de su propio chocolate. Y sus directivos y reporteros y periodistas afines se desgarran las vestiduras para defender el honor de la revista y denostar  a los perversos que la han exhibido. Pero el asunto no tiene salida. Y no la tiene porque el periodismo mexicano encontró en la ilegalidad una fuente de abastecimiento para su sobrevivencia. En lugar de constituirse como el gran referente ético que el país necesitaba, prefirió mezclarse en los enredos de la ilegalidad políticocriminal.

Que la democracia es menos política pura y más sociología cultural lo demuestra el Índice de Democracia elaborado por las cúpulas empresariales. El índice creado mezcla indiscriminadamente indicadores de desarrollo, de política y de modernidad, que son procesos asociados pero con relativa autonomía y con grandes contradicciones entre ellos. Como sea, es un índice que muestra que sin capital humano, sin capital social y sin capital cultural acorde a los ideales democráticos, la política pura, es decir, la lucha por el poder tiene más parecido con el funcionamiento de la criminalidad organizada que con la vida civilizatoria de la libertad, la equidad y la solidaridad de la vida social, del esfuerzo conjunto y comunitario. El puente Guadalupe-Reyes tal vez nos permita pensar en esta propuesta de Alain Touraine. O quizá sea mejor aprovecharlo para divertirse. Como sea, estaré de regreso en enero de 2011.


Observador Ciudadano Tu pagina de inicio







Ilegitimidad y silencio


Por Francisco Montfort Guillén


La legitimidad de un gobierno no se obtiene con las solas urnas, si es que se ha sido electo de verdad. El primer deber es el respeto a la Constitución. Así, con estas pocas palabras define Shirin Ebadi, la abogada iraní Premio Nobel de la Paz dos condiciones esenciales de un verdadero régimen democrático. (Jean Meyer). Su crítica continúa con uno de los efectos de la legitimidad cuestionada: el silencio de la sociedad. Y concluye con el apoyo central de un régimen de esta calidad: el apoyo de los beneficiados reales, que en “términos históricos mexicanos” podríamos llamar “la familia revolucionaria”. (Miedo en Irán, miedo en Irán. El Universal. 28/XI/10).

A pesar de la mala condición de la mujer mexicana, y los antecedentes antes señalados, sería exagerado equiparar las situaciones de Irán y México. Lo que ya no resulta tan abismal es la idea de ilegitimidad y silencio democrático. En el primer caso es evidente el descenso de la calidad de las elecciones en el país. Un descenso que tiene varias vías. Una de ellas es la legal. En los ámbitos federales y locales, de manera silenciosa, paulatina y persistente, las leyes fueron siendo reformadas para evitar verdaderos castigos a candidatos y partidos políticos por sus conductas ilegales; la ley no sólo eliminó los incentivos negativos. Introdujo condiciones de lucha electoral que atan de manos a las instituciones electorales para obligar a los actores políticos a cumplir las normas legales establecidas. La contrareforma consistió en dejar de incentivar las conductas legítimas y legales, en desaparecer verdaderas sanciones a los infractores (pérdida de registro y anulación de elecciones por cometer actos fraudulentos, ilegales, indecorosos) y en convertir a los órganos electorales en instancias legitimadoras de conductas sancionables pero imposibles de probar. En resúmen: se premia  la astucia en la transa, se condena por inoperante la conducta ética.

La otra vía ha sido la confección de organismos a modo y favorables al grupo en el poder. Son colocadas personas sin antecedentes de lucha o siquiera con mínimo interés por la democracia. Arribistas de la política, sus deseos son complacer las instrucciones de sus impulsadores y medrar con las canonjías derivadas de su docilidad, así como disfrutar, más allá del decoro, de los presupuestos públicos puestos a su disposición.

El silencio de la sociedad es la contraparte, el complemento de la ilegitimidad democrática. No requieren los detentadores del poder establecer un régimen represivo para acallar a la sociedad. También de manera silenciosa y secreta, propietarios y periodistas son convencidos de seguir una conducta afín a los intereses gubernamentales. Han creado y recreado el periodismo de la lisonja. La prensa de la adulación ha puesto fin al diálogo razonado del espacio público. El gobierno se convierte así en el monopolizador de la palabra. Su voz, la voz del amo, no acepta críticas. Pero más grave aún es que la prensa del mimo impide la circulación de la información. Y sin ella, sin datos reales que expresen las situaciones que vive la sociedad, sólo recrea el silencio.

Esa es nuestra realidad. Tenemos elecciones de dudosa calidad y de resultados cuestionados. Los elogios desmoralizan la inteligencia y derrotan las visiones críticas. El panorama, en estas circunstancias, no resulta halagador. Y con este panorama iniciamos un nuevo sexenio local, al que le sobran alabanzas y le faltan inteligencias críticas en la sociedad y en los medios. Es dura la verdad. Será peor no hacerle frente.






Observador Ciudadano Tu pagina de inicio



Prensa Informada:
Antídoto al servilismo intelectual[i]

Por Francisco Montfort Guillén


Este es un texto levemente incómodo. Porque el verdadero periodismo está basado en la inconformidad. De otra manera, el periodismo es convertido en escoria. En producto chatarra. Y su consumo produce obesidad. Obesidad del poder. Obesidad de la desinformación de la sociedad. Y esta obesidad produce raquitismo. Anula el diálogo. Mata el razonamiento de la discusión en el espacio público. El espacio de todos.

La mayor parte del periodismo en Veracruz produce obesidad y anemia. Produce y reproduce la lisonja y la diatriba. La alabanza afectada le gana la voluntad del poder. Teje una relación sin fisuras. La prensa en Veracruz, en buena medida, es comunicación del deleite para el poder, que provoca o da motivos al envanecimiento. También, en buena medida, es su contrario: se convierte en medio para denostar y así llamar la atención del poderoso y obtener canonjías. O bien  es utilizada por aquél para castigar al disidente, al incómodo, al mal portado. Lisonja y diatriba son los ingredientes de una prensa chatarra, la que se nutre de desechos y provoca que el periodismo se aleje de la novedad y de la información. Éstos son los ingredientes nutricionales de una prensa sana, crítica, radicalmente honesta. Honoré de Balzac solía escribir: lo brillante y la rapidez del pensamiento, basadas en la información, son las buenas cualidades del periodismo.

La Economía Veracruzana. Retrovisión y Realidades  es una obra que recoge parte de la tarea periodística de Hilario Barcelata, de 1998 a 2010. Está formada por 45 artículos dedicados al crecimiento económico; 31 escritos sobre el empleo; los textos sobre la industria suman 23; a la agricultura dedica 15 reflexiones; sobre el sector externo de la economía estatal escribe nueve artículos; suman 30 los que versan sobre finanzas públicas; la pobreza y el bienestar son abordadas en 29 ocasiones; en cambio la economía municipal es analizada en ocho ocasiones y la economía y la política estatal suman siete textos.

En 197 artículos periodísticos, Hilario Barcelata para revista a los problemas económicos cotidianos de una sociedad atribulada por una realidad entretejida de penas, aflicciones y adversidades derivadas de la precariedad, la exclusión, la desigualdad. Sin embargo, La Economía Veracruzana. Retrovisión y Realidades  no es una obra motivada por la descalificación, el rencor o el cobro de cuentas tan comunes en la prensa estatal. Es un esfuerzo de preocupación intelectual y moral por desentrañar las realidades que se ocultan bajo la apariencia de la ilusión y de los errores.

Creo no ser injusto con otros colegas si afirmo que Hilario Barcelata es el economista de Veracruz. Porque sus artículos pasan revista minuciosa a los problemas de nuestra entidad. Por que el Dr. Barcelata se ha dado a la tarea de construir información económica específica para el Estado de Veracruz, información relevante sobre la sociedad de nuestra entidad y la ofrece, generosamente, en sus artículos periodísticos. Por estas razones ha sido distinguido, entre otros, con premios importantes, como los nacionales de periodismo en 1997 y 1999.

¿Qué problemas trata Hilario Barcelata? En el tema de Crecimiento Económico: “El desarrollo desigual”, “La competitividad de las entidades federativas”, “La desigualdad del desarrollo regional en México”, “Inflación y bienestar social en Veracruz”, “Corrupción empresarial y gobernabilidad en las empresas veracruzanas”. Con respecto a El Empleo: aborda “El desempleo de Veracruz en el contexto nacional”, “El índice de empleo formal”, “El desempleo en las mujeres y los jóvenes”, “Situación laboral  de la mujer en Veracruz”, “Trabajo y prestaciones laborales. Los factores del malestar social”.

En relación a La industria escribe: “Precariedad y subdesarrollo industrial”, “El atraso tecnológico de la industria veracruzana”, “La productividad del trabajo en las manufacturas”. Para La Agricultura: “Desarrollo desigual: agricultura y pobreza”, “Concentración de la producción y rendimiento agrícola”. En El Sector Externo de la Economía Estatal: “Globalización y Pobreza”, “La estructura de la inversión extranjera”. El capítulo sobre Las Finanzas Públicas contiene: “El IPE, la injusticia de su quiebra”, “Gasto público y deterioro educativo”, “Deuda pública y capacidad de pago”, “Ni más deuda ni más impuestos”, “La recaudación del impuesto predial en los municipios de Veracruz”. En el apartado sobre Pobreza y Bienestar: “El origen de la pobreza en Veracruz”, “Desigualdad y bienestar al inicio del siglo XXI”, “Pobreza, concentración del ingreso y desigualdad”, “Discriminación sexual y mujeres desaparecidas en Veracruz”. Hasta aquí los ejemplos.

Cada artículo del libro que presentamos este día está construido con una obsesiva inclinación por respaldar cada una de las aseveraciones con datos precisos, elaborados ex-profeso para hablar con rigor académico y periodístico de las realidades veracruzanas. ¿Cuáles realidades? Las que están: las de una economía y una sociedad del subdesarrollo, con escasa productividad y débil competitividad que sitúan a Veracruz en los últimos escalones del ranking nacional; las de una economía basada en un sector primario obsoleto y en una manufactura premoderna. Como afirma el Dr. Barcelata en la Introducción  

     El resultado de los procesos económicos y el desempeño de algunos sectores en particular han definido para Veracruz un panorama social que en algunos casos es verdaderamente desolador por la profunda pobreza que se observa a lo largo de todo el territorio estatal.

El análisis profundo, trasversal, casi omniabarcante contenido en La Economía Veracruzana. Retrovisión y Realidades  también hacen resaltar las realidades  que no están presentes en nuestra entidad: las que definen una cultura ciudadana para vivir con seguridad en una sociedad de riesgo; las que están reconfigurando en el mundo la economía, la educación, la producción y la cultura propias de una sociedad climatizante; las que provienen de una socieconomía sustentada ya en el nuevo modelo de producción informacional, ahora unido a la revolución bio/informática/genómica, que refuerza las vicisitudes de un mundo sin trabajo; en fin las de una sociedad de innovaciones tecnocientíficas propias, de crítica y autocrítica permanentes, de altas competitividades y de productividades crecientes.

El libro de Hilario Barcelata debiera ser un referente insustituible para los estudiantes de periodismo, para los estudiantes de economía y administración de empresas  y de otras carreras afines. También debiera ser lectura obligada para los maestros de esas carreras. Para mí ha sido una lectura reconfortante. La realicé con la mirada de Czeslaw Milosz, que vio con espíritu abierto y crítico la realidad del este europeo, y se pronunció en contra del servilismo intelectual. Cito a Jesús Silva Herzog-Márquez. “El siervo es aquel que tiene miedo de pensar por sí mismo… esa independencia intelectual está conectada con otra independencia más profunda: la de  quien se atreve a vivir su propia vida. La peor servidumbre consiste en el temor de buscar la vida propia”. Este espíritu debiera ser el que predominara en los ciudadanos veracruzanos. No es común pero existe. Su fomento en la vida universitaria veracruzana es tarea pedagógica pendiente. Por esta razón debemos fomentar la independencia de espíritu. Por estas razones celebro la aparición del libro La Economía Veracruzana. Retrovisión y Realidades.














[i] Texto leído en la presentación del Libro La Economía Veracruzana. Retrovisión y Realidades  de Hilario Barcelata, con la participación de Fidel herrera Beltrán, Carlos García Méndez y Feliciano García Aguirre en la Universidad de Xalapa.


Suscríbete a nuestro Sistema Informativo,

Envia un mail con la palabra SUSCRIPCION,

(Suscribete aquí) Recibirás la información mas relevante de los acontecimientos que harán historia y tu podrás enterarte antes que nadie.