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Problemas nuevos; puerilidades de siempre

Por Francisco Montfort Guillén

Los mexicanos vivimos en el ensueño. La ilusión de que hemos dejado atrás la crisis, debido al número récord de empleos creados y al inusitado crecimiento económico de este 2010, nos coloca en la confortable zona del sueño mexicano: a descansar después de algunas duras jornadas de trabajos y sustos. Los funcionarios del gobierno federal, pese a los aciertos innegables de Agustín Carstens (BM) y Ernesto Cordero (SHCP) reconocidos como fortalezas institucionales por Ángel Gurría, Secretario de la OCDE, no han asumido el debate mundial sobre el fin de una etapa del capitalismo.

Evitemos alarmistas catastrofismos. La guerra del fin del mundo no aparece como inevitable desenlace para el próximo fin de semana. Pero sí debiéramos prestar mayor atención a procesos cuyo surgimiento y evolución anuncian la configuración de una “brecha en el capitalismo” es decir una ruptura o abertura irregular en su funcionamiento contemporáneo, que en el inicio fue una desviación, una salida de la dirección normal del funcionamiento capitalista clásico.

El capitalismo financiero adquirió autonomía respecto a su condición genética, la cual consistió en la unión entre el mundo de la producción y distribución de mercancías con el mundo de los apoyos bancarios. Dicha autonomía le permitió, al capital financiero, generar y acumular ganancias, obtener dinero a partir de dinero. Esta desviación convirtióse en tendencia con el apoyo de la nueva era del capitalismo informacional. La inclinación y la predisposición de las empresas industriales y comerciales para obtener mayores utilidades sin producir más y mejores mercancías tuvo un frentazo con la crisis de 2008 y 2009.

Pasado el momento del shock, los efectos de esa crisis se presentaron como problemas mayores, que habían sido artificialmente contenidos gracias a las anteriores ganancias de la especulación financiera. Uno de esos problemas mayores consiste en la dificultad para generar empleos, puesto que la lógica de cualquier economía, sobre todo la capitalista, es eliminar las tareas desagradables y liberar tiempo de vida para el ocio y el esparcimiento para mayor número de personas. Otro problema, ligado a esta lógica, consiste en la imposibilidad de mantener el status de confort social alcanzado por las sociedades e impulsado por la generación de los llamados baby boommers. Las actuales edades de jubilación y de disfrute de pensiones dignas para la jubilación laboral, se tornan insostenibles. Francia es el caso más reciente. No será el último.

Pareciera, sin embargo, que estos problemas, reforzados por lo que llamaré la “brecha del retorno de los brujos” sólo afectara a los países desarrollados. Pareciera que México está fuera de esta brecha que trasforma ya el mundo. Sin embargo esta apariencia es sólo una más de las ensoñaciones mexicanas, que deberíamos agregar al rosario de fantasías engarzadas en A que le tiras cuando sueñas mexicano de Chava Flores.

Los “brujos” que retornen deberán encontrar nuevas fórmulas para rearticular, en otro nivel de acción histórica, las acciones de gobierno y sociedad. Una rearticulación que integre funcionalmente economías de mercados con gobiernos competitivos, así, en plural. Una reconfiguración competitiva para mantener bajo control la inflación; incidir favorablemente sobre el crecimiento económico y la expansión de mercados laborales; reencauzar las funciones bancarias, bursátiles y financieras para frenar especulaciones asesinas y generar condiciones para un nuevo pacto social que traslade el sujeto de bienestar del Estado a la sociedad.

Por eso resultan inadmisibles los entusiasmos de nuestras élites políticas y económicas acerca del futuro inmediato de México. Es muy frustrante el derroche de ignorancia y prepotencia de quienes, sin hacer la reorganización del capitalismo en México, de la cual las llamadas reformas estructurales son tan sólo una parte, nos prometen nuevas ensoñaciones.

Los aprioris ideológicos de nada nos servirán. Ni todo debe ser mercado, ni todo debe ser Estado. Su insustituible asociación debe estar pensada por la complementariedad -siempre precaria y cambiante- que nos asegure un máximo de libertades, de oportunidades de trabajo, de tiempos para la diversión y el ocio creativo.

Sin este trabajo intelectual previo, el discurso político sólo seguirá expresando banalidades. En el caso de la crítica situación actual de Veracruz, resulta repugnante el conjunto de puerilidades discursivas de sus autoridades, actuales y electas, en torno al promisorio futuro inmediato de una sociedad dominada por la incompetitividad de las burocracias gubernamentales. Ensoñaciones tropicales que terminarán con la caída de la hamaca y el golpe de realidad que viviremos con el cambio de gobierno. En este contexto resulta inadmisible el silencio sobre “la quiebra inminente de la UV” entre otras universidades públicas. Silencio que será sustituido por tronantes declaraciones oficialistas , que no explicaciones, que agregarán más silencio sobre la situación real de las finanzas públicas estales.















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Por sus obras los conoceréis…

Por Francisco Montfort Guillén

Air France anuncia la próxima salida de su vuelo Paris-Perote. Se solicita a los pasajeros preparar su pasaje de abordar. Construiremos un astillero seco en el centro del país. Por medio del transporte ferroviario estaremos en posibilidad de hacer descender a cualquiera de los dos océanos nuestros flamantes barcos. Estas propuestas de famosos veracruzanos no se llevaron a cabo.

De Perote surgieron cerdos y brócolis, pero no despegaron aviones. El promotor de aquella idea lo que si logró, después de concluir su período gubernamental, es organizar su propia empresa, aerolínea que ahora utiliza el aeropuerto de Veracruz, pero todavía no cruza el charco para llegar a la Ciudad Luz. En México todavía no contamos con astilleros ni puertos de altura dignos de ese nombre. Y del sueño del general sólo queda el casco de concreto de un pequeño barco que se fue a pique el día que lo botaron al agua. Simbólicamente, el casco de concreto vive en silencio, varado en la Isla de Sacrificios.


El Tren de Gran Velocidad (TGV) que uniría las ciudades de México y Querétaro reventó con las primeras corridas de prueba. El aerodinámico se fue de bruces, descarrilado, para asombro de los ingenieros franceses. Comment diable s´est il passé? Pues fue fácil detectarlo: la empresa fabricante de los durmientes, para obtener más ganancias, o para resarcirse de la cuota o mordida que tuvo que pagar para obtener el contrato, modificó la fabricación de los especializados durmientes, y descarriló todo el proyecto.

La estación de Buenavista, matriz de lo que fue el orgulloso sistema ferroviario porfirista, fue reconstruida con dudoso gusto en los años 1960. Para entonces el sistema ferroviario era ya un desastre de corrupción, ineficiencia, empoderamiento sindical y control político de los ferrocarrileros. La demagogia populista de Lázaro Cárdenas de nacionalizar el sistema de transporte ferroviario construido por Porfirio Díaz, provocó la desaparición de esta importante infraestructura económica.

Ahora no tenemos ferrocarriles ni de carga ni de pasajeros. El fondo de pensiones de obreros jubilados alcanza para tener como diputado a un feroz líder ferrocarrilero, pero su manejo fraudulento ha mermado sus montos y funcionamiento y los ferrocarrileros pensionados han empezado a tener problemas financieros. La red ferroviaria fue privatizada por rutas. Aunque rentable, el transporte no ha crecido y movemos por carretera 80% de las mercancías. En todo el mundo desarrollado, los ferrocarriles han sido trasladados de símbolo de la Revolución Industrial, a ejemplo de la Revolución Informacional basada en la rapidez, la velocidad del transporte de personas y mercancías. Aquí, en México, Carlos Slim, uno de los dueños de lo poco que queda de la industria del transporte ferroviario prefiere esquilmarnos en la telefonía y derrotar a Televisa para fortalecer su monopolio, que crear un emporio moderno de trabajos bien remunerados y expansión del comercio y el turismo con el transporte ferroviario. Y aunque afirma, con dejo de sabiduría, que al morir no se llevará nada a su tumba, tampoco quiere probar su hipótesis científica de que el reparto equitativo de su fortuna personal entre todos y cada uno de los mexicanos no nos ayudaría a resolver dos/tres broncas.

Bueno, pues el hado no abandona los campos por donde se pasea el espíritu de Demetrio Vallejo. La estación de Buenavista, mármoles y grandiosidad del más refinado estilo burocrático/comunista quiso ser transformada por Vicente Fox en el símbolo de la Revolución del Conocimiento. Mandó a construir la Mega Biblioteca Nacional José Vasconcelos, pretendido corazón del palpitante sistema neurocerebral de la lectura en México. La inversión y la monumentalidad de la fallida biblioteca es lo de menos. El problema mayor es que su finalidad sublime alcanzó la misma magnificencia que El Armadillo, el magno agrocentro de la impresionante ciudad del conocimiento biocientífico y tecnoagropecuario que es Chichicastle City.

Es una lástima que los vientos y el agua de huracanes y tormentas hayan borrado los prodigiosos testimonios de los puentes, carreteras, edificios inteligentes y otras muestras de las vanguardias urbanísticas, artísticas, arquitectónicas, científicas y tecnológicas que habían florecido como hongos a todo lo largo y ancho del territorio veracruzano. Menos mal que nos queda la “araucaria”, molicie verde que muestra la tenacidad del gusto ranchero nacional.

Las grandes obras de infraestructuras funcionales o artísticas no son el desarrollo. Pero si llegan a constituir los signos externos de una historia de realizaciones, como ahora podemos leer nuestra evolución cultural mediante pirámides, iglesias y otros edificios y monumentos. El gobierno de Felipe Calderón no logró construir e inaugurar obras emblemáticas  para conmemorar 200 años de Independencia. La Estela de Luz y el Parque Bicentenario difícilmente llegarán a constituir un referente para la memoria histórica y el orgullo nacional.

Es el espíritu de la divinidad –religiosa, económica o política- el que alimenta las construcciones que llegan a ser referentes de una sociedad. Las pirámides prehispánicas y las iglesias católicas constituyen, gracias a esos espíritus, una historiografía de nuestra cultura. En el ámbito político algunos palacios de gobierno son nuestras “cívicas mojoneras culturales”. El Palacio Nacional con sus murales de Diego Rivera es el gran templo de la religión política. Sin fervor religioso y político, con sus respectivas ideologías, como también la expresión laica del Progreso ( con sus Torres Gemelas neoyorkinas), no existen grandes obras inspiradoras de respeto, admiración y autoestima. Por esta razón, Veracruz carece de una moderna arquitectura pública rica y variada. Sin espíritu de grandeza y de sacrificio no hay desarrollo. Tampoco obras de arte e infraestructuras maravillosas. Por sus obras los conoceréis… en Veracruz predomina en las obras públicas el “espíritu palapero” que es arrojado a los vientos o a los ríos por los huracanes, nortes, tormentas.








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No te engañes corazón: es parasomnia, no realismo mágico


Por Francisco Montfort Guillén

Los cientistas de la politología han actuado con “predimeditación, alevosía y ventosía” según la famosa fórmula laberíntica de Cantinflas. (El lenguaje de Cantinflas. Doscientos. El Universal). Hablando para decir nada, el primer esteta fílmico  de la naquiza prefiguró, desde el título de su primera película, No te engañes corazón, la apropiación de un lenguaje que puede burlar nuestras mentes, pero que se detiene ante la autenticidad de los sentimientos que nos revelan la verdadera condición de la realidad.

Los politólogos científicos nos han brindado teorías acabadas de gran refinamiento o categorías filosóficas para entender la condición mexicana. Están presentes las interpretaciones sobre la fallida modernización. Existen las teorías de la dependencia y el colonialismo interno. También contamos con un casi infinito repertorio sobre la transición democrática. Y se suman a éstas las explicaciones estructuralistas, marxistas, estatistas nacional-revolucionarias, y neoliberales, sobre nuestro subdesarrollo. Pero los cientistas politólogos no esclarecen las causas de la violencia, la inseguridad, el subdesarrollo económico, la debilidad democrática que conforman nuestro presente.

Las causas de la actual condición mexicana pueden radicar en patologías no exploradas y que afectan a nuestras clases dirigentes ¿Qué hipótesis científica puede explicar el caso del diputado perredista, michoacano y familiar que conversa con La Tuta, en un diálogo de fluidez y elocuencia digno del teatro isabelino, y que la izquierda mexicana convierte a Godoy en perseguido político y que la Cámara de Diputados le brinda fuero, después de recibir la protección del Gobernador de Michoacán, de los comunistas ejemplares Acosta Naranjo y Alejandro Encinas?

¿Qué teoría sustenta el mantenimiento financiero de la campaña política de López Obrador y su gabinete legítimo, si ninguno de sus miembros, incluido el Presidente Legítimo, trabaja formalmente? ¿Con cuáles categorías examinar el regreso triunfal de Carlos Salinas de Gortari, la positiva imagen del heredero de Arturo Montiel, la solidez de su incoherencia expresiva y sus campañas de  marketing, de publicidad y de propaganda que no son porque las leyes lo prohíben, que sí las vemos pero que nadie puede comprobar legalmente que existen?

¿Cómo explicar que el país mejora y tiene grandes logros mientras pierde rangos en la competitividad internacional? ¿Cómo entender las buenas maneras como preludio de mejoramiento de la calidad educativa gracias a la melosa relación de Alonso Lujambio y Elba Esther Gordillo, mientras las evaluaciones muestran el retroceso y, cuando mejor, el estancamiento de la educación escolarizada? ¿De qué manera aceptar que el crecimiento económico de las actividades delincuenciales  y de la inseguridad pública es sólo responsabilidad de los malosos de la sociedad civil, si en todos los casos reportados aparecen involucrados o periodistas, o policías, o jueces, o procuradores, o políticos o funcionarios públicos? ¿En qué otro país es posible constatar que los jueces afirmen que las conversaciones reales, grabadas, registradas que demuestran el presunto manejo ilegal del tesoro público, que modifica elecciones, son reales, pero legalmente inexistentes, porque lo que escuchamos es cierto pero legítimamente ilusorio, porque lo que vemos, escuchamos, conversamos es agua seca que moja porque viene de ríos secos y que no se acaba porque si se acaba entonces lo que se secan son los manantiales del Fonden? ¿A ver Chata, cómo me lo explicas sin explicaciones?

¿Será que todos los mexicanos seguimos nucleados, en un estado pre-Big Bang, hacinados en el Chin Chun Chan, célebre cantina de los barrios bajos de Tacuba, atrás del rastro, en donde “sigue inflando” Mario Alfonso Moreno Reyes, a la espera de “primero ir contra las injusticias de la justicia” como estrella de Ahí está el detalle? (Lizbeth Hernández. El Universal. 12/10/10). Tal vez la explicación a nuestras conductas las tenga Reyes Haro Valencia, director de la Clínica del Trastorno del Sueño de la UNAM.

La pertinencia de esta posible explicación científica  esta fuera de duda. Somos millones y millones de mexicanos los afectados por una o varias de las 100 enfermedades del dormir, que desarrollamos “desde el nacimiento hasta la vejez”  como la “somnolencia excesiva diurna… la automatización conocida como narcolepsia… el sonambulismo extremo” males que provocan que las personas se queden dormidas mientras van manejando o están en plena jornada laboral, o realicen intentos involuntarios de suicidios, e incluso impartan clases mientras están dormidos” (Blanca Valadez. Parasomnia). Si nuestra clase política cree y nos quiere hacer creer que vivimos en el paraíso es porque padece de Parasomnia (Blanca Valadez. Milenio, 15/10/10). Por esta condición los políticos, funcionarios, académicos y empresarios actúan de manera inconsciente sus sueños y pesadillas. Los parasómnicos “están dormidos cuando dan clases y realizan la distribución social del conocimiento”. La Parasomnia es el estado de la mente dormida que permite la violencia familiar, los asesinatos, las crueldades de los homicidios de “pozoleros”, “dilapidadores”, “guillotinadores” y demás sicarios.

Tal vez por estrés extremo, herencia genética o desórden sistémico, pero debido a la inconsciencia y automatización, nuestros próceres en el poder “no saben dónde van, cómo llegaron o por qué están ahí” y esto les sucede frecuentemente. Por eso su conducta es defensiva y hasta violenta. (Ibid). Actúan como sonámbulos (“vamos ganando la guerra al narcotráfico” “la ciudad de México es el modelo de desarrollo para todo el país” “tenemos certificados todos nuestros planes y programas de estudio”) y pueden sufrir muerte de cuna (como Ramírez Acuña en la SEGOB), vivir terrores nocturnos (como Cecilia Romero en el INM) y hasta experimentar el orinar dormidos (como…). La realidad parece demostrarnos que la mayoría de los mexicanos padecemos somnolencia excesiva. En resúmen: si no es posible cambiar el Himno Nacional Mexicano, en Veracruz podríamos adoptar, entre bostezo y bostezo provocados por el Himno de mi amigo y tocayo Paco Morosini, las inmortales estrofas de Chava Flores, musicalizadas en su deliciosa canción A qué le tiras cuando sueñas mexicano.





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¿Quiénes hacen posible lo imposible?

Por Francisco Montfort Guillén

La experiencia del conocimiento es única, personal e intransferible. Es una cualidad emergente de la organización biofísica del ser humano. Con base en ella producimos, y hacemos nuestros, tanto los conocimientos ordinarios y cotidianos como los especializados surgidos de la tecnociencia, de la creación humanista, de la creación de bienes culturales de consumo masivo. En cualquier caso, la capacidad cerebral para producir conocimientos ha sido escogida por el hombre para autodefinirse como animal superior. Y esta autoreferencia es su favorita, la que más orgullo le causa.

Más allá del supuesto sentimiento de culpa y del deseo de enmienda, la constitución del Premio Nobel es un autohomenaje universal del hombre a su capacidad creadora. Con el tiempo, su institucionalización ha contribuido al orgullo de los seres humanos para confirmar su calidad de homo sapiens. Año tras año, el otorgamiento de estos premios confirma la existencia del progreso como ideología, como idea y como praxis. La Academia Sueca ha sustituido a la Iglesia Católica como sede certificadora del progreso. La Academia del Premio Nobel es la institución ciudadana, no gubernamental y laica que registra, consigna y celebra la idea de avanzar, de ser mejores, de ascender, paso a paso, hacia un mejor conocimiento de nosotros mismos, de nuestra condición humana y de nuestra naturaleza biofísica. Posiblemente con algunas equivocaciones, pero los galardonados representan más que el éxito de esas personas y la realización de estas aspiraciones, la potencialidad, la posibilidad y la probabilidad de que ascendamos, grado tras grado, hacia un estadio de vida de enormes promesas de realización.

Los premios otorgados en este 2010 son verdaderamente estimulantes. En conjunto, marcan uno de los aciertos más afortunados en la historia de la Academia Sueca. El Nobel de Medicina fue asignado a Robert G. Edwards, inglés, biólogo por la Universidad de Gales; doctorado en la Universidad de Escocia con un trabajo sobre desarrollo embrionario en ratones. Inició, en el Instituto de Investigaciones Médicas de Londres, su investigación sobre fertilización humana. Hacia 1963 en la Universidad de Cambridge y en la Clínica Bourn Hall realizó, con Patrick Stepto, la fertilización in vitro. Sus aportaciones científicas cambiaron la vida de millones de mujeres infértiles. El 25 de julio de 1978 nació Lucy Brown, primer bebé de probeta. Ahora se estima en alrededor de 4 millones en número de infantes nacidos gracias a este proceso. Protestó el Vaticano por este premio. Ninguna de las feministas mexicanas ha expresado su júbilo por el reconocimiento a esta obra científica y revolucionaria.

El Nobel de Física fue para Konstantin Novoselov (¡36 años!) y Andre Geim (51 años) rusos, exsoviéticos, formados en Moscú y hoy investigadores de la Universidad de Manchester, Inglaterra. Descubrieron el grafeno, una forma de grafito, con un método basado en la simplicidad y el empirismo: “con una cinta adhesiva y un lápiz común lograron un nuevo material bidimensional, reducido al espesor de un átomo, compuesto de una lámina única de grafito con una estructura de nido de abeja” (Milenio, 6/10/10). Curiosidad infantil, sencillez, empirismo sustentados en una sólida formación académica y en una búsqueda teórica en ciertos postulados de la física cuántica, que lograron un descubrimiento con importantes beneficios prácticos, sociales y económicos; la laminilla de carbono del espesor de un átomo significa una etapa revolucionaria en la miniaturización electrónica pues sobrepasa netamente en rapidez a los transistores clásicos de silicio, lo que permitirá fabricar computadoras más eficaces; el grafeno es compatible para producir pantallas táctiles, pánales luminosos y quizá también captores solares y puede ser utilizado también por su propiedades mecánicas, ya que a pesar de su extrema delgadez es increíblemente resistente, 200 veces más que el acero” (Ibíd).

Para los “suigeneris arquitectos” capaces de recrear en laboratorio algunos procesos naturales, como la síntesis de moléculas de carbono a partir del metal maleable llamado paladio fue el Premio Nobel de Química. Richard F. Heck, de la Universidad de Delaware; Ei-ichi Negishi de la Universidad de Purdue y Akira Suzuki, de la Universidad de Hokkaido trabajaron de manera tal que acumularon conocimientos y destrezas: “Desde hace casi 40 años, el profesor Heck, hoy retirado, procesó, modeló y creó un método para acoplar dos moléculas carbonadas, lo cual solamente ocurre en la naturaleza, pero para el químico convencional es un tipo de reacción muy difícil” explica el Dr.  Armando Cabrera del Instituto de Química de la UNAM.

Continúa explicando el investigador mexicano: “Con el paladio (metal de la familia del níquel y el platino y que utilizó el Dr. Heck para facilitar el trabajo en una empresa en la década de los 60… Cuando lo hice no fue para obtener un premio) construye un puente entre dos moléculas y la convierte en algo más complejo; posteriormente, Negishi y Suzuki lo perfeccionaron” (Reforma. Cultura, 7/10/10). ¿Su aportación? “Hace algunos años, cuando se descubría algún compuesto que tuviera el potencial de ayudar en la salud humana era muy difícil producirlo artificialmente por el número de pasos a seguir para su obtención”. Con este método de síntesis de moléculas se han realizado aplicaciones tales como el discodemolide, sustancia  que puede ayudar a pacientes con cáncer; la diazomanida A, efectiva para disminuir los efectos del virus del Herpes y el VIH; la vancomicina, utilizada contra el MRSA y la enterococci, un bacteria que se ha  vuelto resistente a los antibióticos; la creación de diodos orgánicos que emiten luz, como parte de pequeños monitores.

Estos logros del progreso no son frutos del azar. Son algunos de los resultados de formar recursos humanos  de altas cualidades intelectuales y grandes habilidades, capaces de producir conocimientos útiles para el avance de teorías y con aplicaciones favorables para mejorar la vida humana. Sobre el caso de estos avances, de estas aportaciones que modificarán nuestra calidad de vida es apreciable una enorme indiferencia entre la comentocracia mexicana, nacional y local. También es sepulcral el silencio de las autoridades mexicanas educativas (o mejor, de parte de las burocracias de la sociedad del embobamiento nacional) que prefieren pedir dinero en lugar de trabajar una seria metamorfosis de la organización sistémica formado por la Escolaridad, el Aprendizaje y la Investigación. Mientras los países desarrollados hacen posible lo imposible mediante la alta competitividad del Sistema EAI, en México “seguimos engañando al corazón” con la memez y la vanilocuencia del SNI, PROMEP, PRODUCTIVIDAD, PROF. INTEGRAL, DISTRIBUCIÓN SOCIAL DEL CONOCIMIENTO, siglas y nombres del control burocrático y político, sellos de la vacuidad institucional, escudos de la vanagloria de la ficción pseudocientífica que esconden la incapacidad y la mediocridad para gerenciar procesos productores de conocimientos.

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Reconstrucción de Veracruz

Por Francisco Montfort Guillén

La distribución social de los catorrazos convirtió el box en el primer deporte verdaderamente nacional en este país cuna del Chango Casanova, el Ratón Macías, el Toluco López y el Púas Olivares. El conocimiento cotidiano (que emerge en cada mexicano desde el biológico mundo  de la vida) es decir, el conocimiento que surge del mundo de nuestra vida cultural mezcló, de manera singular, su manera de enfrentar las condiciones socioeconómicas y políticoculturales,  con el conocimiento que depende sobre todo de las ideas.

La distribución social de las adversidades permanentes permitió la emergencia de una lengua que expresa una forma de vida particular: la chapucería como forma de resistencia cotidiana frente a los abusos del poder. Son millones los mexicanos que han convertido en arte la evasión de responsabilidades. Esconden la cabeza frente a las exigencias del deber; se sumergen para no enfrentar sus responsabilidades, derivadas de haber realizado sus tareas sin arte y sin esmero. Y se vuelven a esconder para evadir las consecuencias de sus actos, que causan perjuicio a otros, que sólo buscan el lucro como fin, y el engaño como medio para aprovecharse de la confianza de otros, para sacar beneficios indebidos de su poder político o puesto gubernamental o un cargo empresarial o autoridad académica.

El lenguaje popular mexicano recoge expresiones que otorgan categoría explicativa a las acciones cotidianas de sobrevivencia en el mundo de la desconfianza, la mentira, la audacia. Salir por piernas, enconcharse, dar el descontón, evitar ser noqueado, fintar, buscar las esquinas, dar golpes bajos, tirar la toalla son algunas expresiones boxísticas que, si no las expresamos todos, sí las practicamos todos los mexicanos. Constituyen nuestro día al día

No se trata de palabras e ideas innatas y universales del ser humano. O si lo son, no en todas las sociedades adquieren niveles patológicos. Es el subdesarrollo, el mundo del desorden, la irresponsabilidad y la desconfianza en donde emerge el gran chapucero. Su picardía para sobrevivir y su arte del engaño y el autoengaño han querido ser consideradas por algunos extranjeros como cualidades únicas, innatas y definitorias de los mexicanos. César Luis Menotti, el seleccionador argentino y campeón mundial de futbol, cuando dirigió el seleccionado mexicano, buscó ligar esta supuesta esencia de los “ratones verdes” con una mejor práctica del arte futbolístico. Por su parte, el escritor  español Arturo Pérez-Riverte ha expresado sus lamentaciones porque este potencial arte de vivir a la mexicana, con sus dosis de ternura infinita y alegría a flor de piel, estén al servicio del crimen organizado y no sirvan para mejorar nuestra calidad de vida colectiva.

Lo cierto es que la distribución social de los chapuceros ha permeado todas las esferas de nuestra vida colectiva. Sin duda, el orígen de esta forma de vivir radica centralmente en las chapucerías del mundo académico. La educación de excelencia es una cualidad trasformadora de seres humanos competitivos, contraria a la capacitación en la chapuza, que es una manera de actuar con base en albazos sorpresivos, producida y reproducida por las carencias de una educación no competitiva desde la infancia. Sobre esta base se asienta un poder político que promueve, con su actuación, que sus gobernados busquen sobrevivir sin más armas que las chapuzas.

Las experiencias de un día vivido en el puerto de Veracruz ejemplifican este microuniverso. Un grupo de académicos y periodistas franceses y españoles, sin adiestramiento en el arte de la chapucería, estacionan sus camionetas en la calle de Independencia, en el centro histórico. Introducen monedas en el parquímetro. Consideran inútil dar dinero a los “viene-viene” que les  solicitan una ayudadita y les advierten sobre la pertinencia de darles su propina. Pagaron dos horas de estacionamiento. Pasean. Regresan a sus camionetas apenas 60 minutos después. Les han sido colocados los candados inmovilizadores a sus camionetas. Nadie los auxilia. Finalmente, unos transeúntes les indican que deben ir al pasaje de Sanborns a pagar su multa.

Acuden al módulo. Protestan, reclaman. El encargado o responsable, Francisco de la Vega, los disuade de no continuar con esa actitud, mediante una amabilidad obsequiosa que es la cara encubridora de un trato cínicamente prepotente. Se niega a entender razones y a proporcionar informaciones sobre sus superiores, para que los extranjeros puedan dialogar con ellos. La pícara sonrisa del funcionario municipal acompaña su sentencia: pueden ir a verlos, pero no conseguirán nada. Y agrega: la culpa es de ustedes por no saber manipular los parquímetros. Por radio se comunica con el inspector/instalador de candados inmovilizadores. En clave le indica que tienen problemas. Antes de que los españoles y franceses paguen la “infracción”, los vigilantes retiran el candado. Pero los extranjeros no se salvan de cubrir más de 100 pesos por una falta que no cometieron. ¿Así se estimulan las visitas de turistas extranjeros?

Es ostensible que en el puerto han aumentado los músicos, los vendedores ambulantes, la “economía informal”, pues. Los extranjeros se sorprenden por la descarada venta de “productos auténticamente piratas”. Un vendedor de dulces típicos hace uso de los conocimientos de una moda perversa para colocar sus mercancías. Su estrategia: vende los dulces como artículos que poseen las cualidades de los “medicamente milagrosos” que eliminan diabetes, colesterol, ayudan a bajar de peso, producen energía sexual. Su picardía causa risas y convencimiento. Los compradores desembolsan unos cuantos pesos con agrado. En el parque, algunos boleros duermen. Otro despacha rápidamente a sus clientes. No lo hace por eficiencia. Lustra el calzado con desgano, realizando el mínimo esfuerzo. En el restaurante Villa Rica los visitantes extranjeros regresan alimentos que no les satisface su calidad. Hay poco turismo. Veracruz luce semivacío. ¿Cómo se pretende reactivar la “industria sin chimeneas”, sin calidad internacional y provocando víctimas de las chapucerías mexicanas? Sí, urge la reconstrucción de Veracruz. Pero no es un problema eminentemente económico y de obras de ingeniería para reparar infraestructuras. Lo verdaderamente importante y apremiante es dejar atrás la cultura del chapucero con sus engaños, mentiras, fraudes. La reconstrucción tiene que ser ética, moral, educativa, política. Esta es la reconstrucción que nos urge.








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Goles por la educación: artículos no indexados

Por Francisco Montfort Guillén

Para Raciel D. Martínez

La historia de la modernidad puede rastrearse en las trasformaciones de la redondez maternal de una pelota. Sería la narración de un juego infantil que se convierte en pasión adulta. Y el relato sobre la felicidad o frustración de millones de personas originadas en la esférica imagen de una red fugazmente embarazada.

En el principio fueron la manufactura y el desenfado de golpear una pelota, sin reglas ni espíritu de competencia. Después, la unión de un conjunto mínimo de reglas básicas y un espacio geométricamente dibujado y equitativamente distribuido. Así surge la plataforma del futbol. Será el deporte de la retórica estética de la instantaneidad, reproducción mundial de un arte abstracto y figurativo escenificado con jugadas irrepetibles, imposibles de mecanizar y que constituyen el material inagotable de narrativas y exégesis.

Con la gran industria, las proles urbanas se entretenían y ejercitaban con un deporte sin apoyos tecnológicos. Los uniformes, eran trajes informales; el calzado, botines refinados de los zapatos obreros; el balón, un surcido talabartero de cueros apenas curtidos, con una abertura para anidarle una cámara de hule que recibía, mediante un largo cordón umbilical, el oxígeno que los “hinchas” le introducían a pleno pulmón o con bombas manuales. Inflado el balón, el cordón umbilical de la cámara era escondido bajo una lengüeta. El resoplido acumulado de los “hinchas” era protegido con una sutura gruesa, propia de una cirugía de carnicero, mediante una correa de cuero entretejida y suficientemente fuerte para no dejar escapar el aire.

Para patear aquellos balones y rematar o rechazar “centros” y “disparos” con la cabeza, se requería no sólo de amor al futbol, sino poseer mucha fuerza y demostrar gran valentía, sobre todo cuando llovía y el balón empapado se convertía en deformada bala de cañón. De esa época provienen las raíces grecolatinas del futbol: “el cañonazo”, “el trallazo”, “el obús”, “el fusilamiento”. No eran abundantes los golpes al balón que alcanzaran esta categoría, pues pocos jugadores tenían la fuerza y la destreza para realizarlos. Cuando los delanteros lograban esta hazaña, los defensas mostraban la prudencia necesaria para no malograrlos y dejaban pasar el balón. En esa época los porteros iniciaron su propia leyenda: con esos goles se convertían en estatuas, listos para posar frente a una cámara que no capturaba el movimiento instantáneo.

Una nueva etapa de la modernidad dio inicio con la aparición del balón sin la sutura de la correa, todo cerrado, con válvula en lugar de cordón umbilical expuesto. Todavía eran naturales, pero el cuero empezaba a adquirir la textura de la piel. El talabartero cedía su lugar al marroquinero, y para evitar su trasformación en bala de cañón antiguo, antes de los partidos con amenaza de lluvia, el balón podía ser encerado.

Persistieron los “obuses”, y aparecieron los “romperredes”: en México, Panchito Flores y el Bigotón Jasso, con el Guadalajara; en Brasil, Pepe, extremo izquierdo del Santos, y en el Real Madrid, F. Puskas. Apareció la asombrosa  revolución del fútbol en 1958, que fue fruto de la habilidad e imaginación brasileñas. Modificaron la estrategia (4-2-4). La magia negra de Pelé inició su reinado. La samba hizo su aportación. Un jugador, cuyo nombre designa la delicadeza, Didí, enseñó al mundo dos teorías. Una, si el balón es de piel de vacuno, entonces tiene que mantenerse a ras del pasto, praxis que enloqueció a los europeos. Dos, para burlar la valla humana que defiende la portería en los tiros de castigo, no es necesario “fusilar” a los defensores. Didí maravilló al mundo cuando demostró que de su pié salía un balón que pasaba por encima de la barrera, se mecía en el aire y descendía lo suficiente para “incrustarse en las redes”.

Una nueva etapa de la modernidad la marcó otro brasileño. Con los aportes tecnológicos que renovaron canchas, vestimentas, preparación física y muchas cosas más, apareció el balón fruto del aceite del subsuelo, inflado mediante combinación de gases, formado no con gajos, sino con pentágonos de colores y repelente al agua. Este artefacto no servía ya para tumbar defensas como si fueran soldaditos de plomo. Roberto Carlos, el defensa brasileño, convirtió el nuevo balón en el espanto de Fabian Barthez (portero francés, al que le hizo total y definitiva su pérdida de cabello) y en el asombro de los científicos.

El New Journal of Physics publicó un artículo de Chistophe Clanet, director de la investigación El tiro libre de Roberto Carlos. Un grupo científicos de l´ École Politechnique de Paris, se dio a la tarea de comprobar si el guardameta francés fue víctima de la ciencia, o de un embrujamiento, o simplemente pretendía inaugurar una nueva era de los porteros convertidos en estatuas: no hizo nada para detener el muy lejano disparo del brasileño. No movió su cuerpo. Sólo giró la cabeza y se le desorbitaron los ojos. Pensó que los franceses enloquecían al gritar ¡but! a un balonazo que el creía había pasado cercano al banderín del corner.

Roberto Carlos, en el Stade de France en 1997, unió la fuerza de Pepe, el santista, y la hoja muerta de Didí, el botafoguense. No intentó provocar pánico en los defensas para que dejaran pasar el balón. Tampoco pretendió pasar el esférico tan alto que hiciera inútil el brinco de los defensas. Decidió impulsar el balonazo por el costado izquierdo de la valla defensiva. Los defensas sonrieron aliviados al ver pasar el balón tan inverosímilmente lejos de ellos. Los franceses hubieran pensado, de ser mexicanos: (a Roberto Carlos) “le salió un churro”. Voltearon hacía su portería y en ese momento sintieron la desolación, inutilidad y soledad que habían vivido sus antepasados en la Ligne Maginot.

La jugada no fue una chiripa o el resultado del “sí se puede”, el “échenle ganas” o el “vamos muchachos”. Los físicos franceses lo conceptuaron como “el gol que desafío la física”. Adiós a la época de los tiros con “chanfle”. Se inició la época del “Rulo de Caracol”, como nombraron los científicos a esta trayectoria, “ya que aumenta la curvatura a medida que la pelota gana distancia”.

¿Qué hicieron estos científicos ociosos, ocupándose de estudiar un gol de tiro libre, renunciando a ganar un suculento “bono de productividad”? Chistophe Clanet y su colega David Quere querían saber si el but magique, que pegó en el corazón de la vanidad francesa, era una hazaña futbolística del azar y de la magia negra brasileña, o si el “rulo de caracol” tenía explicación científica. Y la encontraron como parte de la teoría de las trayectorias de las balas. No tuvieron la osadía mexicana que hubiera conducido a los físicos a intentar repetir el tiro ellos mismos. Tampoco armaron un proyecto para capacitar a otros “tiradores de tiros libres” y así presumir su distribución social del conocimiento. Hicieron algo más sensato, menos costoso y más productivo (aunque no ganaron ningún premio de productividad).

Los físicos franceses “simplificaron el problema: se valieron de pelotas de plástico que tuvieran la misma densidad que el agua”. Simularon, bajo el agua, el tiro libre de Roberto Carlos. De esta manera eliminaron los efectos de la turbulencia en el aire y la fuerza de gravedad. Con esto lograron revelar la trayectoria pura de una esfera giratoria. Esta espiral ideal la consiguió el brasileño, a pesar de los efectos de la gravedad, minimizándolos con la fuerza de su disparo.

El secreto clave, según los ociosos científicos franceses, está en la distancia que recorrió la pelota. Así lo expresó el físico C. Clanet: “Si la distancia no es suficiente, sólo puede verse la primera parte de la curva…pero si la distancia es la correcta… la curva se cierra y se ve la trayectoria completa”. Total: “la investigación demostró, (en el marco teórico  de la trayectoria de las balas, descubrimiento de la trayectoria de la pelota y matematización de la ecuación que la describe) que el rumbo de una esfera que gira sobre sí misma es una espiral”.

La era posmoderna se inauguró con la aparición del jabulaninazo. La marca el  debut del quark zulú en Sudáfrica. El Jabulani es un balón con un comportamiento tal que sólo puede ser explicado sobre las bases de la física cuántica. Se desplaza como onda y como corpúsculo. El “balón quark” fue casi dominado por los españoles. Ésta fue su ventaja, la base real para que “campeonaran”.

Este inicio de la posmodernidad no produjo goles asombrosos. Al contrario. Provocó el ridículo de muchos jugadores de gran reputación. Los “osos” estuvieron presentes en todos los partidos, inducidos por la contribución de la física cuántica y tal vez con la ayuda de la magia africana. Los jugadores mexicanos, todavía instalados en la modernidad de la física clásica, de los escándalos provocados por la moralina del comentarista Carlos Albert, de la manipulación de Televisa y de la estrategia de la “importancia determinante del 10”, esgrimida por Manlio Fabio Beltrones, hicieron lo correcto para no jugar “el quinto partido”. Jugarlo los hubiera colocado ante el peligro inminente de realizar una hazaña: entrar a la fiesta de la sociedad del conocimiento, “haiga Salcido como haiga Salcido” en los brazos la Quark Yamille, que se comporta unas veces como mujer y otras veces como hombre, y bajo la sombra de “Todo el Poder” para Rafa Márquez.

En estas condiciones de distribución social  del conocimiento, con Diane Gendron, Karina Acevedo- Whitehouse y Agnes Rocha-Gosselin recibiendo uno de los premios científicos IG-Nobel por su investigación excéntrica y original sobre un “método para recoger moco de ballena”, nos estamos tardando para promover la entrega de un Doctorado Honoris Causa para Manuel Lapuente, que afirma haber conjuntado en el América las virtudes defensivas del Inter de Milán, y las ofensivas del Barcelona. O, ya de perdida, otorgárselo a la PGR, para reforzar su autoestima, después de perder por goliza el juego contra el crimen organizado, con un récord insuperable: 32 a 0. ¿Sería muy vanguardista instaurar el Premio al Mérito Académico El Michoacanazo, para apoyar la distribución social de las órdenes de aprehensión fallidas?



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